José Carlos Mariátegui

“No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo-americano. He aquí una misión digna de una generación nueva"

7.7.15

Europa en la encrucijada: categórico "NO" del pueblo griego ante el chantaje de la Troika

"¡No pasarán!"
Frase pronunciada por Dolores Ibárruri, 
"La Pasionaria", en su discurso ante el asedio de Madrid por las tropas fascistas en 1936 

     Grecia ha demostrado que "la democracia no puede ser chantajeada", así como también que "cuando un pueblo tiene fe y conciencia colectiva puede resistir". Las palabras del primer ministro heleno se materializaban en las miles de almas que poco a poco se congregaban en la plaza Syntagma, situada en el corazón de Atenas.

    ¿El motivo? Luego de una larga y concurrida jornada de votación, el "No" se alzaba victorioso, poniendo coto a las trilladas políticas de ajuste reclamadas por los organismos de siempre. Con el 100% de los votos escrutados y una participación ciudadana del 62,5% había finalizado el referéndum convocado en Grecia para responder a la propuesta de hambre, despidos masivos, recorte salarial, retraso de la edad jubilatoria, aumento del IVA, congelamiento de pensiones y reducción del gasto en bienestar social, pregonada por los acreedores de la nación helena. El resultado fue un cachetazo categórico para la receta de austeridad de la Troika (conformada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional), un importantísimo respaldo para Syriza (Coalición de la Izquierda Radical) y una lección de dignidad del pueblo griego que durante las útimas semanas soportó tanto la campaña mediática impulsada en favor del "Si", como los intentos de golpe de mercado que, buscando desestabilizar al gobierno, llevaron a la fuga de más de 40 mil millones de euros y a la necesidad de detener la actividad bancaria e instaurar un corralito para evitar el desangre de las reservas. El amedrentamiento no resultó.

   A la pregunta, "¿debe ser aceptado el proyecto de acuerdo presentado a Grecia por la Comisión Europea, el Banco central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en el Eurogrupo del 25 de Junio de 2015?", los griegos respondieron en un 61,31% por "OXI" (NO), mientras que solo el 38,69% se inclinó por NAI (SI), dando forma, de esta manera, a un triunfo político vital para el gobierno de Alexis Tsipras. En lo que en la previa aparecía como una elección reñida, resultó finalmente en una diferencia superior a los 20 puntos. La primera víctima del apabullante resultado del referéndum fue el líder del partido de oposición Nueva Democracia, Andonis Samarás, ferviente partidario del "SI" que presentó su renuncia tras conocerse el resultado de la votación.

     La propuesta de la Troika fue indignante y como tal fue rechazada de cuajo. En este sentido, Krugman, premio Nobel de economía, señalaba hace unos días, desde las páginas del New York Times, que "la oferta de la troika es, y probablemente estaba diseñada para ser, una oferta que Tsipras no puede aceptar, porque destruiría su razón política de ser. El objetivo, por tanto, debe ser sacarlo del gobierno". En definitiva, las intenciones de los líderes europeos que querían terminar con el gobierno de Syriza por el temor al efecto contagio que pudiera provocar en la región,  impulsando el  rechazo de las políticas de austeridad y el reclamo por la reestructuración de las deudas, se vio frustrada por la voluntad popular expresada en los comicios. Los temores se vuelven razonables para el status quo de la Eurozona cuando analizamos, por ejemplo, la aparición de organizaciones políticas en España surgidas al calor del movimiento de los indignados, que han llegado a obtener victorias electorales importantes en las elecciones municipales de este año, como son los casos de las victorias de Ada Colau en Barcelona y Manuela Carmena en Madrid, ambos movimientos apoyados por Podemos. El mismísimo ejemplo del caso heleno, con la llegada de Syriza al poder hace apenas un puñado de meses, ilustra el fenómeno del surgimiento de nuevos liderazgos que empiezan a asomar en el viejo mundo.

     El asunto, por lo tanto, no puede circunscribirse a Grecia dado que la crisis en Europa, desatada a partir del crack del 2008 y que se desplazara por Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia, pareciera no detenerse y, mientras el euro continúa su cotización en baja cada vez más pronunciada, la Troika direcciona la mira hacia sus futuras víctimas. Ya en su momento, el ahora ex ministro de finanzas heleno, Yanis Varoufakis, había afirmado que la forma en que se resolviera la crisis sería "tan importante para el futuro de Europa como los tratados de Westfalia, Versalles o incluso Roma" y determinarían si "Europa se mantiene unida o sucumbe". El acontecimiento adquiere tal importancia y relevancia a nivel mundial que ha valido la felicitación del mismo Fidel Castro para con Alexis Tsipras, sosteniendo que "su país, especialmente su valentía en la coyuntura actual, despierta admiración entre los pueblos latinoamericanos y caribeños de este hemisferio al ver como Grecia, ante agresiones externas, defiende su identidad y su cultura". En forma similar se ha manifestado el líder de Podemos, Pablo Iglesias sosteniendo que "hoy en Grecia ha ganado la democracia".

    El futuro es incierto en el viejo continente y muchos escenarios son posibles, pero luego del 5 de Julio y el abrumador triunfo del "No" en Grecia hay una cosa que es segura: Merkel, Hollande y Rajoy deberán repensar sus estrategias como principales acreedores de la deuda griega, de la misma manera que deberán hacerlo el FMI, el BCE y la CE si quieren evitar una crisis aún  mayor. El pueblo griego ha trazado un límite y ha conseguido defender su soberanía ante las imposiciones de organismos externos, de ahora en adelante las negociaciones que se lleven a cabo entre los diferentes gobiernos deberán contemplar la voluntad popular expresada en las urnas el domingo pasado: la deuda no va a pagarse a costa del pueblo.

¡No pasarán!